A una cubana, residente en La Habana , la invitan unos amigos para visitar Italia. Todavia en Roma, se da cuenta de que tiene posibilidades de ganarse algunos euros antes de volver a Cuba, pero como para eso tiene que permanecer en Italia un tiempo más , decide enviarle un telegrama a su esposo, que espera por ella impaciente en La Habana. La cubana va a una oficina de correos en Roma y envia el siguiente telegrama:
*P. P. P. P. P. P. P.*
Al otro lado del Atlántico su esposo lo recibe, lo lee y al otro día se llega a una oficina de correos en La Habana para responder a su esposa. Este es el mensaje que le manda:
*C. C. C. C. C. C . C.*
Pero el telegrafista de La Habana no pudo contener la curiosidad y le dijo al tipo: Compañero, usted disculpe, pero los mensajes que usted y su esposa
han intercambiado me causan cierta inquietud.
Y el hombre, que no quería meterse en problemas ni que lo acusaran de estar enviando mensajes al extranjero en clave secreta, le dice al telegrafista:
Asere, no se preocupe, que el texto de los mensajes es muy sencillo de comprender. Verá usted,
* P.P. P. P. P. P. P.* quiere decir:
"Papi, Pasando Penurias Pido Permiso Para Putear", a lo que yo respondí:
*C. C. C. C. C. C. C.*, que simplemente quiere decir:
"Cobra Caro Cuida Culito Con Cariño, Carlitos".
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